Proyectos o trabajos en los que parecíamos sentirnos cómodos/as han caducado, están en declive o se están transformando de forma acelerada para tratar de responder al cambio.
¿Quién nos iba a decir que aquello en lo que poníamos nuestro tiempo y dedicación día a día iba a tener una duración limitada o iba a sufrir una transformación?
Lo hayamos aceptado o no, nos encontramos en este momento de cambio a nivel mundial, crisis financiera, fallo multiorgánico… (pongámosle el nombre que queramos, cualquier concepto es válido). A pesar de todo lo que implica, tanto a nivel negativo como positivo, a día de hoy son muchas las personas que hablan de reinventarse, de responder al cambio de la mejor manera que podamos.
Para ello, debemos asumir que estamos en una nueva era. Ya nada volverá a ser igual. Lo que toca ahora es construir las herramientas que nos permitan vivir de una manera distinta.
¿Pero cómo podemos ser resilientes y adaptarnos al cambio de la mejor manera posible? Para abordar esta pregunta, propongo el proceso de planificación que suelo poner en práctica a nivel profesional para desarrollar planes de éxito teniendo en cuenta las cinco cuestiones siguientes:
1 ¿Cuál es mi situación actual o del proyecto?
Esto implica un análisis completo de la situación actual tanto a nivel externo como interno.
A nivel de negocio hablaríamos del DAFO, la ventaja competitiva, análisis de mercado, de competencia, de clientes y financiero. A nivel personal, podríamos adaptar algunos de estos modelos mencionados: la idea es tener en cuenta tus fortalezas y debilidades, además de posibles oportunidades y amenazas externas.
2 ¿Dónde queremos estar/ qué es lo que queremos?
Básicamente hablamos de objetivos y misión (visión, valores y propósito). Quizás tu objetivo o misión sea la misma y no haya cambiado. O quizás, te encuentras en un momento en el que estás replanteando qué es lo que realmente quieres.
3 ¿Cómo podemos llegar allí?
Esta quizás es una de las preguntas más complejas a día de hoy. Para la mayoría de nosotras/os este cambio está impactando de lleno sobre esta cuestión.
A nivel de negocios surgen cuestiones sobre en qué mercados competir, a qué clientes apuntar, cómo posicionar la oferta. A nivel profesional, nos surgen dudas sobre a qué nos podemos dedicar, qué sector o trabajo nos puede devolver nuestra estabilidad. Todo el tema de ‘reinventarse’ del que tanto se habla está relacionado con este punto.
4 ¿Qué métodos debemos usar?
Cuestionarnos sobre los métodos nos puede ayudar a esclarecer con qué recursos y capacidades contamos o carecemos y por tanto necesitamos adquirir.
5 ¿Cómo podemos garantizar la llegada?
Y aquí viene lo que esperamos: el éxito de todo lo planeado anteriormente. No se trata exactamente de un punto y final (de blanco o negro). Se trata de medir, evaluar y analizar los resultados que se van obteniendo. Enfocarnos en esta cuestión nos dará la posibilidad de revisar el plan y rectificar o modificar detalles de los pasos anteriores para perfilar nuestro resultado deseado.
Si hay una cosa en la que seguramente la mayoría estamos de acuerdo es que en estos momentos estamos teniendo más tiempo para pensar. Y qué mejor momento para invertir en nosotros, evitar el declive y posicionarnos ante una nueva perspectiva llevando a cabo un plan estratégico como el presentado.